A siete pasos de ayer

Fue cuando el mundo difuminaba sus luces en destellos voladores y el viento corría como si fuera compuesto de medusas amarillazuladas, de luciérnagas humedecidas; de lo que vuela como si fuera indoloro, de lo que se versifica de golpe, de la lluvia que moja cuando se evapora. También, se escondían tras los árboles, tal como niñas esperando asustar, las dolencias.

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