Algún lugar

Quien pudiera hacer llover girasoles mudos
o del aire una catarata de alas rotas;
quien, como flor que ahoga la desidia,
o amalgama las noches perdidas
para lanzarlas al tiempo de su ausencia.
Quien no existe, quien no ha sido.

Quien no sabe de mis manos calladas,
ni de mi boca derrumbándose,
porque se vierte en las grutas que no llegan a mis pies,
no como las soledades que acuden a mi andar:
relámpago que enluta días
o ceguera que espanta las venas de la noche;
inevitable: como la arena presa
y entonces las batallas de espuma en sus piernas;
fatal: como el camino que hace siglos no debí tomar,
como quien, roído, amarilloazulado, olvidó nacer:
dormido en un verso roto.

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