Pasillo

Pone el talón y va dejando caer el peso del cuerpo hasta que pone los cinco dedos. El verbo caminar se le confunde con saltar: no avanza. Mueve los pies y sólo se sumerge en el vacío, ¿estará caminando hacia atrás y hacia el fondo?

Se vuelve mas oscuro y mas frío. El miedo aumenta en función de la distancia recorrida, pero sigue caminando a paso lento. Piensa en correr, pero si corre y no llega a ningún lugar entonces el miedo será inmenso y acabara por dejarse caer en medio de la nada. Camina. Lo piensa de nuevo, quiere correr. Piensa en apresurar el movimiento de sus pies: poner talones y dedos, poner talones y dedos. Entonces se lanza como si se lanzara al precipicio del absurdo, con los ojos cerrados y con los brazos estirados para seguir sintiendo la nada, que imagina poblada de figuras transparentes que se burlan y le punzan los nervios al verlo correr en un pasillo circular. Y quiere correr. Se lanza como corriendo tras la vida para talvez chocar directo con la muerte. Se lanza a correr con los brazos extendidos, y apenas sus pies se aceleran, se dispara su cuerpo y se le quiebran los brazos al dar con el más sólido de los vacíos.

1 comentario:

Uno que mira dijo...

no es por presumir, pero yo suscribiría ese texto como mi biografía. gracias por escribirla, yo no me atrevía.