Mar

El peor sonido para despertar en la playa, es el de las gotas brincando en el techo. Con la esperanza de que se tratara de una heterogénea mezcla de polvo y viento, corrí a la ventana y ya no me importaba si llovía o no; porque el sol gruñía susurros morados y amarillos, mientras el cielo se derramaba en textura de crayón. Además, como si se tratara de las huellas nacaradas que deja la huida de las olas, así iban apareciendo personas que luego se ordenarían en filas para esperar a que llegaran los policías. Sí, pobres, recién nacidos del mar y ya los policías cerca. Las líneas aumentaban con la rapidez de un trazo, como si cada metro cuadrado se convirtiera en una persona; desgracia. Pero mayor desgracia que del sol cayeran cajas que al reventarse contra la orilla del mar, dejaban escapar más personas y más policías para unirse a las filas.

Que sigan. Yo espero una balsa en un camino de agua. Colores saturados.

Espero que al llegar a la orilla, los policías no me digan nada, ni que la fila de personas me consuma, ni que se acabe el mar. Y que al final de la playa, junto a las rocas, no haya nadie.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

está fffff...formidable!!!!!! (Y)=D... coco

Anónimo dijo...

sssss...sublime!!!!! ... cocosa