A un pintor

Hirió a la noche
cuando su cuerpo de tinta
estalló los trazos contra ella,
los dibujos huérfanos se colgaban de mis días,
líneas enloquecidas empantanaban los pasillos
y el tiempo eran hojas ansiosas
que se escapaban para robarse el color.

En su cuerpo, en la tinta o en el tiempo,
pero en algún sitio los dibujos palidecieron,
y en una esquina blanca y resentida
garabateó anónimo y abandonó las paredes
que ahora llevo entre las uñas.

De vez en cuando veo sus líneas
en los suspiros tóxicos que saturan la atmósfera,
en teléfonos estrangulados de madrugada,
en risas enjauladas en una hoja amarillenta
y en mi inútil intento de aprender a pintar.

2 comentarios:

Uno que mira dijo...

como cada quien con su creencia, aparte de que no existe ningún dios yo quiero creer que el pintor es Esteban. en buena medida porque me da la gana, y también porque sí.

ViviSol dijo...

Es la tercera vez que un comentario suyo me sorprende muchísimo porque me hacen ver algo que yo escribí de una forma completamente distinta. Gracias!!! Me sorprende. Lo leo sin pensar en que yo lo escribí y en porqué lo hice, entonces me doy cuenta que lo sea o no, el pintor perfectamente podría ser Esteban.
Saludos!