Dolientes

Pueblo lloroso,
que nació en un arrebato de azul,
de una lágrima condensada.

En sus calles empedradas en desvelos
sus muchachos se derraman,
incansables como la soledad,
con camisas de recuerdos
y papeles salpicados con gritos.

Un espectro de mujer los toma de la mano
y si ella aparece es sólo una sombra rebelde
que se escurre del bolso del olvido,
donde yacen futuros,
despertares añejos
y donde no cabe el ayer,
ni cabe un adiós.

4 comentarios:

_ dijo...

este me cae como balde de agua fría, con ese quién-sabe-qué que te comentaba alguna vez que tienen tus textos, sea lo que sea logran atinarme muchas veces en el puro tálamo. Bueno, de todas formas está muy bueno.
Saludos! :)

Uno que mira dijo...

a mí, en cambio, me dio en el hipotálamo, ese lugar donde duelen las deudas.

_ dijo...

aah es cierto! el hipotálamo también, es decir, me duele el puro centro del cerebro!

David dijo...

en este poema parece caber todo el ayer.
parece ser de esos, escritos para permanecer.