Deforme y bello

Una semana sin noches
es un día que es todos a la vez:
asintótico a una grieta desesperada,
las hojas de un árbol que destila magia,
es la imaginación sobre un lienzo pálido,
y esa mirada que ve todo en la nada.
Es un martes y luego un jueves muerto: un domingo.

Es un día que se fragmenta en episodios efímeros
como las sombras que proyectan los párpados al despertar.
Y es también, interminable como el desvelo.

Este día trata de encontrar su forma
pero no se reconoce en ningún nombre
y se acuesta para cubrirse con la extrañeza
de dormir sin saber lo que fue.

1 comentario:

Uno que mira dijo...

Lo leí todo dos veces, como un niño obediente que completa su tarea. Pero me quedé enganchado en esa palabra: asintótico que es casi un poema en sí misma. Me la quedé en los labios, ahora, mucho mejor, como el niño que después de hacer la tarea, se lleva una golosina a la boca.