Fatalidad

“...y lo que llamamos amarnos fue quizá que
yo estaba de
pie delante de vos,
con una flor amarilla en la mano...”

Cortázar


Yo voy a sentir esta ciudad gritar,
ésta misma que va saliendo de nuestros pies,
de tejados llenos de cometas varados
que de tus ojos escapan cada noche,
de adoquines hechos al ritmo de los besos
que vas dejando caer entre luz y sombra.

La melancolía hará colapsar
los recuerdos que voy amontonando entre esquinas,
y voy a sentir a esta ciudad gritar.

En los charcos las luces se desplomaran
cuando el metal sea carcomido
por esa misma soledad que a mis ojos deshace,
las torres de risas se irán desboronando sobre mi
y su peso me dejará perdida entre escombros,
cuando esta ciudad caiga en ruinas
con el terremoto de tu adiós.

1 comentario:

Uno que mira dijo...

Me gustaría que la primera estrofa fuera más larga. No, no es una recomendación formal, un consejo para el mejoramiento de su poema. No. Es para que la fatalidad tarde un poco más en llegar.