Es magia

Parecía que el olor de sus manos iba trazando líneas sobre las hojas. Yo veía sus dedos moverse como imantados por una fuerza bajo el papel, y de vez en cuando miraba su rostro para recordar que lo tenía, porque sus manos llegaron a ser todo su cuerpo y las palabras que decía salían disparadas por debajo de sus uñas como flechas rompiendo átomos hasta llegar a mis oídos. Sus manos se movían de un lado hacia otro para volver a donde habían iniciado y de pronto estaban llenando otros espacios, extendiendo el área con un olor hecho tinta. No recuerdo su rostro porque yo sólo miraba el aroma de sus manos y las líneas que rápidamente poblaban el vacío.

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