Ya
Tendrías estatuas soplando remolinos amarillos, ya tus ojos habrían dejado las prisas para tragar la luna, y ya guardarías recuerdos de más de una noche que no parece de muerte. Pero ese abrazo con las grietas: esa infiltración de dolencias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Entrada más reciente
Entrada antigua
Inicio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario