Retina

A suspiros del tiempo, tengo la certeza de encontrar, en los ángulos de sus piernas: un rastro de ánimo. Un gesto desmayado en las planicies de una mesa. Y saber que sus ojos llevan un desfile de años, plagado de aromas descoloridos por el destiempo que yo le traigo entre las grietas de los labios. ¿Podría ser tan doliente como esos tejados que se beben las angustias del cielo? O quizás, podría sentirse como una noche con alas en los párpados; claridad que no ha sido.

No son rostros, las manos no están en las patas de una banca, ni podría decir que las tristezas de una silla están revueltas con las migajas que de su cuerpo van cayendo, no imagino que sus ojos tengan un diámetro tan mísero. Su cuerpo entero; es una boca torcida de tanto fruncirse para girar una palabra, un beso, un desanimo; es la mano temblorosa que no sabe donde anclar, son los ojos que se fugan. Su cuerpo entero; es la catadura de algún ser azul, es el intento de algún gesto petrificado en cualquier madera, en cualquier aleación.

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