Calle camaleónica

Nombre gracias a Stiopa

Necesité pasar unas cuatrocientas veces por esa calle, para pasar por primera vez. Llena de lluvia y de luces, era martes. Con ese sentimiento que se tiene cuando se descubre algo maravilloso que comienza a adormecer los sentidos, o más bien que comienza a despertarlos. Algo así como lo que se siente cuando se tiene un pie dormido y se comienza a saltar para que se despierte. Ahora, ese día es un recuerdo no sólo lejano, es casi ajeno. Además hace que me sienta merecedora de una bofetada del tiempo, y lo sea o no, el tiempo me la da. Supongo que eso se debe, a la imagen que tengo, no de la calle sino de mi. En un bus donde tantas personas van maldiciendo lo tarde que es y lo cansado del día, diciendo que apenas es martes y falta tanto para el viernes. Y yo enamorándome de esa calle. Esa imagen me parece una broma, más que una broma, una burla.

Tratando de ser exacta, pasé unas setenta y cinco veces más; antes de pasar la segunda vez. Llenísima de agua y de luces, era jueves. Fue entonces cuando me di cuenta que la calle no era simple asfalto con unas casas a los lados, un río sucio, un pintoresco anuncio, una combinación de curva y cuesta que podría provocar muchos accidentes. ¿Podría ser una calle un reflejo tan leal del estado anímico? ¿Cómo una calle puede ser así de triste? Y verla así de triste me condenó a pasar algunos minutos pensando en la primera vez que la vi. Algunos minutos seguidos, porque entre todos se completarian unas horas.

Pasé unas cincuenta veces más, y llego la tercera vez. La calle estaba seca y sin luces, era jueves. ¿Cómo una calle puede ser así de vacía? Pasé bastantes minutos pensando en la primera y en la segunda vez que la vi.

¡Tantas veces pasé por esa calle y he pasado sólo tres veces hasta ahora! Pasar por ahí es como cierto sonido que entra y rasguña por dentro, no sé, como esos estremecimientos que se deben de sentir en el corazón, y que yo los siento en el estomago.

1 comentario:

_ dijo...

Esas calles que tanto disfrutamos, siempre es mejor observarlas desde el bus... así con el eco lejano de las conversaciones superfluas de los quejidos ajenos o de las teorías absurdas de cómo fue que pasó un choque que ven al pasar (y se levantan).. y todo lo demás afuera, el frio, la lluvia y los reflejos en los charcos que vamos a chapotear :D

Stiopa