Yo sé dejar al tiempo atropellar mis manos para luego verter relojes muertos en mi camino; sé llegar tarde, cuando sólo queda un final enmarcado en un atardecer roto; también gritar cuando los oídos ya son ruinas de lo que hubiera sido, y esperar amaneceres con un poema en la punta de la lengua: he sabido llorarlos.

Sé lanzar mi cuerpo a la hora doliente y regar versos por las calles que me ven recoger mis pasos, también tararear causas perdidas. Lo que necesito decirle, es que también sé inventar risas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Uyy.. inventar risas... yo te tendría cuidado, mucho cuidado. dicen por ahí que esos inventos son los peores. Por que Llorar, todo el mundo sabe inventar eso, pero reir???.. mmm... peligroso niña.. muy peligroso.

jeje.

gracias por tu comentario.

saludos
hannibal