hay algo mal en mí
además de la
melancolía
además de la
melancolía
Bukowski
Es que pasan los años, pero llega siempre ese mes que hace florecer las tormentas en los pies o llegan esos giros en la memoria que desgastan las tardes. Llegan siempre, los aguaceros que remueven ese sabor a futuro vencido, a días que transcurren con el caudal de un llanto. Y ya ves, el cielo no deja de llorar; entonces se nos reducen los caminos que nos salvan, los caminos en que deshojábamos tristezas y así las perdíamos de a poquito entre tarde y noche. Y es que hoy nos damos cuenta que ya son muchos los cielos húmedos que atravesamos con la nostalgia entre los dedos. Y pensar que podría ser siempre así, por puro presagio nuestro, quizás.
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